Viernes, 29 de marzo. SEMANA DE LAS CELEBRACIONES DEL PERDÓN PRÓXIMO DOMINGO: CUARTO DOMINGO DE CUARESMA


1. Nos preparamos para este momento de oración. Hacemos silencio interior y exterior y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

2. Reflexión: La palabra de Dios con la que hacemos la oración de la mañana cada viernes puede decirnos a cada uno algo muy diferente, muy personal. Hoy escucharemos la misma parábola con la que empezamos esta semana: “El hijo pródigo” ¿Qué te dirá a ti, personalmente? Vamos a rezar juntos esta oración antes de escucharla.

3. Oración:

Quiero escuchar tu voz, Señor.
Que tu Palabra ilumine mi vida,
y que este encuentro contigo,
Dios de bondad y misericordia,
me ayude a hacer el bien durante todo el día.

4. Palabra de Dios


11 Y Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos le dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió sus bienes. 13 No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente. 14 Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.15 Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. 16 Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Entonces, volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! 18 “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; 19 ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.’” 20 Y levantándose, fue a su padre. Y cuando
todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. 21 Y el hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo.” 22 Pero el padre dijo a sus siervos: “Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies; 23 y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos; 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron a regocijarse.



Si queremos y se puede compartir, después de leerla, hacemos estas preguntas:
* ¿Quién quiere explicar lo que dice esta lectura? (Nos ayudamos unos a otros a entenderla)