Cuaresma, tiempo de "hacer desierto"
Hacemos silencio y nos ponemos en presencia del
Señor. En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando oímos la palabra
“desierto” nos imaginamos un lugar con mucha arena, camellos, o con
imágenes que hemos visto en alguna película. Esta palabra aparece mucho durante
la cuaresma, pero se refiere a un desierto interior. Hoy vamos a pedirle a
Jesús que nos lleve al desierto de nuestro corazón para que podamos
encontrarnos con nosotros mismos y con Él. Rezamos juntos la siguiente oración
y hacemos después un momento de silencio.
Aquí estoy, Señor, contigo
y quiero ser yo mism@ de verdad.
Quiero entrar dentro de mí.
Quiero hacer camino hasta el desierto de
mi corazón.
Quiero tocar mi hondura y no vivir desde
la superficialidad.
Quiero, Jesús, descubrirme por dentro y
vivir desde dentro.
Quiero tomar conciencia de lo que soy y de lo
que no soy.
Quiero poner en mi vida razones profundas que
me hagan vivir.
Quiero tener motivaciones sanas que me eleven
mi vida.
Quiero tener voluntad propia a la hora de
decidir.
Quiero, Jesús, dejar la arena y apoyarme en
roca firme.
Quiero ser
original y no copiar modas.
Quiero ser
auténtic@ y no perder mi verdad por la imagen barata.
Quiero ser
valiente, enérgic@, decidid@ y no andar en dudas continuas.
Quiero, Jesús,
ser yo mism@.
Ábreme el corazón a la escucha desde el
silencio.
Ábreme el corazón al contacto de tu
Palabra.
Quiero estar contigo a solas, en paz y
en silencio
porque sé que me amas.
Santa Mª Eugenia de Jesús,
ruega por nosotros.
