La palabra vocación significa “llamada”.
¿Hacia dónde quieres
enfocar tu vida?
Para cumplir la propia vocación
es necesario desarrollarse,
hacer brotar y crecer todo lo que uno es.
No se trata de inventarse,
de crearse a sí mismo de la nada,
sino de descubrirse a uno mismo
y hacer florecer el propio ser.
El asunto no es sólo hacer cosas,
sino hacerlas con un sentido, con una orientación.
¿Cuál es tu rumbo?
Visto desde la fe, esa llamada proviene de Dios.
Jesús nos ha enseñado que el Amor es lo que da orientación a nuestra vida,
es lo que te ayuda a sacar lo mejor de ti, para tu felicidad y para el bien de los demás.
El Amor es la brújula que nos marca el buen camino.
genera un movimiento
en dos pasos: llamada y respuesta.
La fe te ayuda a tomar compromisos
y a ser responsable, porque,
a través de los acontecimientos de tu vida,
Dios te llama a experimentar su amor
y a volcarlo a los demás.
De ti depende escucharle y responderle.
Antes de tomar una gran decisión que marque tu vida, escucha lo que Dios quiere de ti.
Él siempre te ayuda a encontrar tu mejor versión.
Pero también presta atención a los detalles.
Las pequeñas decisiones que tomamos a diario
acaban marcando nuestras grandes decisiones.
Atrévete a reconocer la llamada Dios en ellas.
Escuchamos esta canción
DETALLES (CHAMBAO)
Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.