Dejamos, como cada mañana, un momento para que la paz y el silencio se hagan hueco en nuestra alma.. y así podernos poner en presencia de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo... AMÉN.
¡SANTOS FELICES!
Pronto celebramos el día de todos los santos. Puede que pensemos que solo son santos los santos conocidos; de los que hemos escuchado sus nombres, cosas sobre sus vidas, sus oraciones... (Santa Teresa, San Ignacio, San Francisco, Santa Mª Eugenia...) pero en realidad la Iglesia celebra a todos los santos, especialmente a los que son desconocidos.
Por eso el día 1 de noviembre es el día de «todos los santos». Ellos viven ya mucho más en la presencia de Dios y desde ahí le piden a Él por nosotros. Por eso a menudo les pedimos que "intercedan" por algo que necesitamos.
Es como cuando queremos algo con muchas ganas y le pedimos a mamá que convenza a papá. O a los abuelos, que convenzan a nuestros padres. Los santos cuidan, al lado de Dios, de todos nosotros.
Traemos la vida ante el Señor: vamos a pedirles a todos los santos por nuestras necesidades y las de los demás. Y les pedimos que nos ayuden a ser las manos y los pies de Jesús, para poder ser santos también nosotros.
Rezamos juntos:
Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo
la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos tu amor y tu fuerza
para proseguir tu causa
y darte a conocer a todos cuantos podamos.
Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.
