Guardamos silencio, con calma, vamos entrando en nuestro interior.
Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Algo que repite constantemente Jesús en el evangelio es que Dios es Dios de vivos. Para Él la vida no acaba con la muerte. Para nosotros tampoco. La muerte puede generar tristeza, miedo, incertidumbre, respeto... pero debe generar también esperanza y confianza, pues todos estamos unidos a Él, en la vida y en la muerte. La muerte no tiene la última palabra.
Gracias, Jesús
Porque nos enseñas a no tener miedo a la muerte.
Porque los que han muerto están de otra manera.
Porque nos acordamos, con esperanza, de las personas queridas.
Porque tú siempre estás con nosotros.
Porque al final de la historia, todo estará bien...
Gracias, Jesús.
Traemos la vida ante el Señor (Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado la canción, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...)
Padre nuestro que estás en el cielo...
Sta Mª Eugenia de Jesús,
ruega por nosotros.