Dónde buscar_SECUND_Martes 11 Ene

Empezamos el día buscando un momento de silencio y paz. Ponte cómodo, respira con tranquilidad... ve sintiendo cómo entras en tu interior. 
Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu SantoAMÉN.

SABER BUSCAR

   A los jóvenes que venían a su escuela por primera vez, un sabio maestro judío les contaba la historia de Rabí Ezequías, hijo de Rabí Jekel de Cracovia.
   Después de pasar años y años en medio de la pobreza y la miseria que, sin embargo no le hicieron perder la confianza en Dios, un día recibió en sueños la orden de ir a Praga para buscar un tesoro bajo el puente que conduce al palacio real.
   Al principio no le hizo caso, pero cuando el sueño se repitió por tercera vez, Ezequías se puso en camino y llegó a pie a Praga. Pero el puente estaba vigilado día y noche por centinelas que hacían guardia y él no se atrevió a ponerse a excavar en el sitio indicado. No obstante, volvía al puente todas las mañanas, dando vueltas a su alrededor hasta la noche.
   Por fin un día, el capitán de la guardia real, que había notado su continuo ir y venir en torno al puente, se le acercó y le preguntó si había perdido algo o esperaba a alguien.
   Ezequías le contó el sueño que lo había llevado hasta allí desde su lejano país.
   El Capitán estalló en carcajadas:
     - Pero infeliz, ¿por hacer caso de un sueño has venido andando desde tan lejos y estás aquí perdiendo el tiempo? ¡Estás fresco si te fías de los sueños! Entonces también yo debería haberme puesto en camino y llegar hasta Cracovia, a casa de un judío, un tal Ezequías, hijo de Jekel, para buscar un tesoro que tiene bajo su chimenea... Ya ves, me vería dando vueltas por toda Cracovia, llamando a todas las puertas y poniendo patas arriba todas las casas en una ciudad donde la mitad de los judíos se llaman Ezequías y la otra mitad Jekel. Y se echó a reír de nuevo.
   Ezequías lo despidió muy cortésmente y volvió a su casa lo más rápido que pudo... buscó bajo la chimenea y encontró el Tesoro, lo desenterró y con él construyó la sinagoga del pueblo...
¿Qué sería para ti un gran tesoro, el mejor...?
¿Dónde crees que deberías buscar tu tesoro?
¿Qué intuyes que harías con él?
Párate un momento y piensa. Entra en tu interior y allí, en lo escondido, escucha, mira, déjate mirar,... allí está tu tesoro.


Traemos la vida ante el Señor: Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado el cuento, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...

Padre Nuestro...

Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.