Como cada mañana, hacemos silencio, con calma, respirando tranquilamente... Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
¿Has dicho alguna vez algo cuando estabas enfadado, del mal humor... y luego te has arrepentido?
¿Has contestado alguna vez mal y has dicho algo hiriente cuando en realidad no querías hacer daño a nadie?
A veces... es mejor callar
¿Distingues cuando hay que hablar y cuando hay que mantener silencio?
¿Has contestado alguna vez mal y has dicho algo hiriente cuando en realidad no querías hacer daño a nadie?
A veces... es mejor callar
¿Distingues cuando hay que hablar y cuando hay que mantener silencio?
Una vez le pasó a Jesús algo relacionado con esto. Le llevaron a una mujer que había hecho un cosa mala. Todo el mundo estaba criticándola y acusándola y en el fondo querían que Jesús también le dijera que era mala y que le regañara. Pero Jesús no lo hizo.
Cuenta el evangelio que se quedó callado, pintando con un palito algo en la arena del suelo.
En aquella época se hacía algo horrible. Estaba permitido que los buenos y justos le hicieran daño a las mujeres que habían hecho algo mal (Un horror, ¿verdad?). Como todos sabían que Jesús era muy bueno y muy justo, pensaron que sería el primero en hacerle daño.
Y él no solo no lo hizo, sino que evitó que nadie más lo hiciera. ¿Cómo? Primero, con su silencio. Así los dejó "cortados" y los obligó a pensar. Después dijo "el que no haya hecho nunca nada malo, el que no se haya equivocado nunca, que ese sea el primero en hacer daño a esta mujer". Nadie se atrevió. Los más sabios fueron los primeros en quitarse disimuladamente de en medio. ¿Sabes por qué? Porque todos hacemos cosas mal, todos metemos la pata, queriendo o sin querer... y debemos pensar en eso antes de juzgar a los demás y hablar mal de ellos.
AL HABLAR DE ALGUIEN...
Si tus palabras no son mejores que tu silencio... ¡Mejor callar!
Si lo que vas a decir puede doler a alguien...
¡Déjalo...! ¡Mejor callar!
Si lo que vas a decir son rumores, y no estás seguro de que sean ciertos...
¡Olvídalo! ¡Mejor callar!
Si vas a hacer un juicio temerario sin tener suficientes datos para juzgar...
¡Mejor es que te calles!
Vamos a pedirle a Dios en un momento de silencio y de oración personal que sepamos distinguir cuáles son esos momentos en los que debemos callar.
Traemos la vida ante el Señor: pedimos, damos gracias...
Sta Mª Eugenia de Jesús,
ruega por nosotros.
