Hay muchas formas de hacer oración. ¡Casi tantas como personas! Una de ellas es cantando y bailando. En uno de los salmos leemos:
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel.
Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Jerusalén, Ciudad Santa, representa el lugar donde reinan el Amor y la paz de Dios. Ciudad de todos y reservado para todos. A ella le cantan y bailan estos jóvenes. Seguro que conoces la canción y el baile, pero ¿sabías que eran una oración de alabanza?
Traemos la vida ante el Señor: Compartimos lo que más nos haya "tocado el corazón", damos gracias, pedimos ayuda al Señor...
Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros