Jesús escuchaba y curaba_PRIM_Lunes14Feb

Ponte cómodo, respira... disponte en silencio para este momento de oración. 

Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu SantoAMÉN.

Adaptación del evangelio Mc 1, 29-39 

Un día, Pedro invitó a Jesús y a sus amigos a comer a su casa. A la familia de Pedro le hacía mucha ilusión pero cuando llegaron, la suegra de Pedro se había puesto enferma. El pobre Pedro estaba muy apurado por no poder atender bien a sus amigos y además muy triste por su suegra. Pero Jesús, nada más llegar, la tomó de la mano y la curó. Ella se levantó y enseguida se puso a atenderlos. ¡Fue una fiesta! 

Todo el mundo se enteró de que Jesús estaba allí y al anochecer empezaron a llegar enfermos de todas partes para que les sanase. Jesús escuchaba y curaba a todos. 

A la mañana siguiente se levantó más temprano y se fue al monte, solo, a orar. Pedro y los demás lo encontraron y le contaron que todo el mundo estaba buscándolo. Así que Jesús se puso otra vez manos a la obra y siguió recorriendo las aldeas de la región de Galilea, contando a todos qué era el Reino de Dios y ayudando a quien se lo pedía. 


PARA REFLEXIONAR: Jesús pasaba mucho tiempo ayudando, escuchando y curando a los demás. Estaría muy atareado ¿verdad? Sin embargo, no vivía con prisas ni estrés. Vivía con paz. ¿Sabes por qué? A ver a quién se le ocurre, en el texto se dice (dejamos un momento de diálogo)
Sí, se retiró a orar a solas. En el evangelio salen muchos momentos en los que Jesús hace esto. 
Nosotros también sacamos nuestras fuerzas de Dios en la oración. Cada día, la oración es alimento para los cristianos. Gracias a ella podemos seguir sirviendo a los demás.

Traemos la vida ante el Señor: Compartimos algún pensamiento, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...

Padre Nuestro...

Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros