PRÓXIMO DOMINGO: SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
Hacemos silencio y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Palabra de Dios (Lc 9, 28b-36)
“En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto”.
Después de leer el texto les hacemos estas preguntas:
¿Quién quiere explicar lo que dice esta lectura? (Nos ayudamos unos a otros a entenderlo)
¿Qué piensas que te dice a ti personalmente esta lectura? (Comparten 2 o 3 alumnos. Los animamos a participar.)
¿Qué nos gustaría decirle al Señor sobre todo lo leído y reflexionado? (Dejamos unos segundos de silencio para que recen personalmente)
Pistas para la reflexión:
El Evangelio del próximo domingo, 2º domingo de Cuaresma, se centra en la necesidad de la oración, en la búsqueda de un lugar propicio para ella, en retirarnos del ruido para centrarnos en el diálogo que nos descubre la intimidad de Dios y no sugiere deseos, intenciones para seguir al Señor.
Individualmente:
- ¿Ocurre así en nuestra oración?
- ¿Somos capaces de estar en silencio un momento escuchando lo que Dios nos dice hoy?
¡Intentémoslo!
Oración:
Que no deje nunca, Señor, de buscar tu rostro. Que no deje nunca de contemplarlo. Pacífica mi espíritu y deten mi inquietud para que pueda gozar de tu presencia mi lado, sin prisas, sin el ruidos... CONTIGO
Santa Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.