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Hacemos silencio, como cada mañana, nos paramos y empezamos el día poniéndonos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Reflexión secundaria:
La
Cuaresma es un comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro:
la Pascua de Resurrección, la victoria de la vida sobre la muerte.
A fin de cuentas estamos llamados
a no contentarnos con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad
con el Señor.
Mª
Eugenia estaba convencida
de cuál era el camino. Ella decía:
“Creo
que cada uno de nosotros tiene una misión en la tierra. Tenemos que
buscar en qué Dios puede servirse de nosotros para la difusión y la
realización de su Evangelio.”
Quizá
no tengamos claro para qué estamos en este mundo, cuál es nuestra
misión en la tierra… pero día a día se nos plantean situaciones
que
nos llevan a elegir, en las que vamos definiendo cómo somos.
Pruebas, dificultades, retos, conflictos… Vamos a fijarnos en la
semana que hoy empieza. Piensa un momento en silencio:
¿Cómo
quiero vivir esta semana? ¿Cómo quiero actuar? ¿Cuál creo que es
mi misión para estos próximos días? ¿Estoy dispuest@ a asumirla
con alegría o prefiero poner alguna excusa? ¿Qué quieres que haga
por Ti esta semana, Señor?
Recuerda
que solo tú puedes decidir lo que quieres que sea tu vida.
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Reflexión primaria:
La
Cuaresma es un tiempo para cambiar las cosas que no hacemos bien o
que ensucian nuestro corazón, pero ¡no podemos quedarnos sólo con
las palabras! Tenemos que pensar en algo concreto que queramos
cambiar de nuestra forma de ser o de comportarnos. Vamos a ver un
vídeo que nos va a dar pistas sobre lo que podemos hacer. Al verlo,
vamos a elegir cada uno un compromiso para cumplirlo durante esta
semana.
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Oración: Vamos a pedirle a María que nos ayude en todos nuestros propósitos. Dios te Salve, María…
Santa
Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.