(Lo celebraremos el próximo Domingo)
Guardamos silencio unos segundos, mientras vamos recuperando la calma y entrando en nuestro interior. Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Cuando Jesús estaba con sus discípulos, celebrando la pascua, ya sabía que muy pronto se iba a marchar, que les quedaba poco tiempo juntos. Así que les dijo: «Mirad, voy a hacer un gesto muy especial. Y cada vez que lo repitáis para recordarme, yo estaré con vosotros. Pero no solo en el recuerdo, estaré de verdad». Tomó pan, lo partió, y se lo dio, y les dijo: «Tomad y comedlo todos. Esto es mi cuerpo». Luego hizo lo mismo con una copa de vino –bueno, en aquellos tiempos no había copas, era un vaso de barro, pero da igual–. Lo tomó, y les dijo: «Bebed esto en mi memoria, que es mi sangre, ¡mi vida!, entregada para dársela a todos. Y cada vez que recordéis esta cena, cada vez que hagáis esto mismo, yo estaré ahí».
La fiesta del Corpus Christi acerca nuestro corazón al corazón de Jesús. Celebramos con la Eucaristía que Jesús se reparte, se entrega para todos. Eso nos empuja a querer ser generosos, a querer ser también nosotros (como Jesús) pan que se parte y se reparte para los demás.
¡El domingo será día especial para los que han hecho la primera comunión este año! ¡Muchas felicidades!
Rezamos juntos esta oración:
Jesús, para aprender de ti, quiero comer de tu pan.
Para ser fuerte como tú, quiero comer de tu pan.
Para amar a tu manera, quiero comer de tu pan.
Ese pan que es abundante, quiero comer de tu pan.
Ese pan que es para todos, quiero comer de tu pan.
Ese pan que se comparte, quiero comer de tu pan.
Ese pan que nos transforma, quiero comer de tu pan.
Traemos la vida ante el Señor (Compartimos algún pensamiento que nos hayan provocado el evangelio o la oración, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...)
Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.
