Pan partido y repartido_SECUND_Viernes17junio

DÍA DEL CORPUS CHRISTI

(Lo celebraremos el próximo Domingo)
Guardamos silencio unos segundos, mientras vamos recuperando la calma y entrando en nuestro interior. Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.

Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a los discípulos y les dijo: «Tomad, comed: esto es mi cuerpo». Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: «Bebed todos; porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.»


En las misas hay pan, ¿verdad? ¿Os habéis fijado en que hay un momento en el que el sacerdote lo rompe? El pan que alza en el momento de la consagración está roto. ¿Sabes por qué?
Ese pan, que es Jesús mismo, no se reparte directamente: primero se parte y luego se reparte. Porque eso fue lo que Él hizo. Primero se "rompió" (sufrió y murió) para luego repartirse entre nosotros y ser vida para todos. 
La fiesta del Corpus Christi nos acerca al corazón de la Eucaristía: la entrega completa de Jesús a todos nosotros, porque nos ama, para que tengamos una vida feliz, plena. Esto no está nada de moda... Ayudar de vez en cuando sí, eso nos gusta a todos, nos hace sentirnos bien, es muy bonito y es algo bueno, pero Jesús habla de entregarse. "Partirse y repartirse". Eso es distinto.
¿Conoces a alguien que se entregue así a los demás? 
¿A alguien que ame así?
Pensar en esto nos empuja a querer ser generosos, a querer ser también nosotros (como Jesús) pan que se parte y se reparte para los demás. 

Traemos la vida ante el Señor: compartimos pensamientos, pedimos por nuestras necesidades o las de otros, damos gracias...
Padre nuestro que estás...

SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS
RUEGA POR NOSOTROS