Guardamos silencio unos segundos, mientras vamos recuperando la calma y entrando en nuestro interior.
Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
PARA REFLEXIONAR:
No todo depende de nosotros. Parece algo muy obvio, pero a menudo es difícil de aceptar. Debemos conocer nuestros dones y confiar en ellos, potenciarlos, pero a la vez tenemos que ser conscientes de nuestros límites.
La felicidad no se alcanza a través de los logros personales. Viviremos muchas circunstancias que no dependan de nosotros y que nos impidan alcanzar las metas que nos hayamos trazado. ¿Se te ocurre alguna? Una enfermedad, necesidades familiares, personas que se cruzan en nuestro camino, esta pandemia… Muchas veces la vida nos sorprende y nos hace cambiar el rumbo.
Por eso nuestra felicidad nunca debe depender de conseguir llegar a la meta. La felicidad la encontramos en el amor que ponemos en las cosas que realizamos cotidianamente. Desde ellas nos habla Dios. Él es Amor y quiere envolver con su presencia nuestras acciones. Su amor nos completa, nos ayuda a superar los límites, a ampliar nuestros horizontes.
¿En qué aspectos de este nuevo trimestre te gustaría poner más amor? (Tareas, personas, situaciones...)
Si le prestamos atención, el amor de Dios nos habla, nos invita a movernos, nos empuja a tomar decisiones concretas.
Leamos juntos esta oración:
SI PUEDO
Si puedo hacer, hoy, alguna cosa,
si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi prójimo,
si puedo alegrarlo con mi canto,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo ayudar a alguien que sufre,
si puedo aliviar alguna carga,
si puedo irradiar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor
Grevnille Kleiser
Si puedo hacer, hoy, alguna cosa,
si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi prójimo,
si puedo alegrarlo con mi canto,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo ayudar a alguien que sufre,
si puedo aliviar alguna carga,
si puedo irradiar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor
Grevnille Kleiser
Traemos la vida ante el Señor Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado la oración, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...
Padre nuestro que estás en el cielo...
Sta Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.
