TODOS
Respira tranquilamente y observa despacio cómo entra en tu cuerpo el aire. Busca la paz y el silencio que hay en tu interior... Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Respira tranquilamente y observa despacio cómo entra en tu cuerpo el aire. Busca la paz y el silencio que hay en tu interior... Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Desde esa paz y calma que tenemos ahora vamos a hacer la oración contemplando unas imágenes. Vamos a mirarlas despacio y vamos a dejar que despierten en nosotros pensamientos, sentimientos, intuiciones...
¡Lo primero que sintamos o pensemos al ver cada una de ellas lo compartimos en voz alta!
¡Lo primero que sintamos o pensemos al ver cada una de ellas lo compartimos en voz alta!
Piensa ahora en esta frase de Mª Eugenia:
"Dios dirige todo y nunca mano más amorosa ni más sabía puede guiar nuestro camino hacia adelante"
¿Te sientes identificado/a? ¿Has sentido esto alguna vez?
Traemos la vida ante el Señor: Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado la oración, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...
Padre Nuestro...