
Busca una postura cómoda, respira despacio, tómate un momento para calmar tu cuerpo, mente y corazón. Siéntete en presencia de Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Hoy celebramos el día de la Madre Tierra (22 abril). Damos gracias a Dios por ella en nuestra oración.
Piensa un momento en algún lugar de la naturaleza que sea especial para ti, un lugar conocido y que puedas traer a tu mente.
Evoca un momento o una sensación vivida (una puesta de sol, el olor a tierra mojada, el sonido de las olas...).
Cierra los ojos y contempla con el corazón un momento... Tómate tu tiempo...
Cuando nos damos cuenta de que en todo lo que existe podemos percibir la mano y la presencia de Dios, el corazón experimenta el deseo de adorar al Señor por sus criaturas. Eso le pasaba a San Francisco de Asís cuando escribió esta oración con la que rezamos hoy.
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
con todas tus criaturas,
especialmente el hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas, y bellas.
y por el aire, y la nube y el cielo sereno,
y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
la cual es muy humilde, y preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello, y alegre y vigoroso, y fuerte.
Traemos la vida ante el Señor: Pedimos a Dios por las necesidades de la Tierra
SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS,
RUEGA POR NOSOTROS.