Respiramos con calma, despacio... buscando silencio y paz en nuestro
interior. Nos ponemos en presencia de
Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
La Naturaleza es regalo de Dios. Y para nosotros, que tan cerquita lo tenemos, el mar es un regalo especial. Hoy vamos a rezar contemplándolo, aunque sea en la distancia, desde clase. Imagina que estás allí... Intenta revivir en tu interior el olor, el sonido, la luz del atardecer... Siente que estás allí...y siente que es su regalo para tí.
Rezamos juntos: Padre nuestro, que estás...
SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS, RUEGA POR NOSOTROS