Hacemos silencio y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
Dios no solo conoce nuestros nombres. Nos conoce a nosotros y le importamos. Él nos cuida, ¡no tenemos que tener miedo!
En el libro del profeta Isaías lo expresa así:
“Mira, te llevo tatuada en las palmas de mis manos”
Miremos este día con confianza, sabiendo que todo puede ir bien, que el día nos va a traer muchas momentos de felicidad. Y también muchas posibilidades de hacer la vida más fácil a los nuestros, a las personas que queremos: una llamada de teléfono, una broma que relaje el ambiente, jugar un poco con nuestro hermano pequeño al juego que a él le gusta, aunque a mí no me guste mucho, tener mi habitación ordenada… piensa algo tú y aprovecha esta oportunidad para hacer un mundo mejor, empezando por lo pequeñito, lo cercano… Si cuidamos de nosotros mismos y de los otros, seguro que ¡TODO SALDRÁ BIEN!
TRAEMOS LA VIDA ANTE EL SEÑOR: Pedimos por todas las necesidades que conozcamos.
SANTA MARÍA EUGENIA DE JESÚS,
RUEGA POR NOSOTROS
