"Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo, para que todo el que cree en él no perezca y tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Este es el juicio: que la luz vino al mundo.
Todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Traemos la vida ante el Señor: Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado la oración, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...
Gloria al Padre, al Hijo...
ruega por nosotros.