En una ocasión, Jairo, un judío muy importante que tenía a su hija gravemente enferma, a punto de morir, venció miedos y prejuicios y fue corriendo a pedirle a Jesús que la salvara.
Jesús accedió a ayudarle y fue con él a su casa, pero de camino ocurrieron algunos imprevistos que los entretuvieron. Entonces vinieron mensajeros de casa de Jairo diciéndole que dejara de intentarlo, que ya era tarde, que ya no merecía la pena... Jesús oyó lo que decían y le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Solo ten fe». Al final, llegaron a tiempo y Jesús curó a su hija.
¿Puede pasarnos esto a nosotros? ¿Dejamos de intentar algunas cosas por pensar "que ya es tarde", que "ya no merece la pena"...? ¿Nos falta fe?
Traemos la vida ante el Señor: Vamos a hacer un momento de silencio y pensar a qué personas (incluido/a tú) o en qué situaciones hace falta la luz de la fe y pedimos por ellas.