DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER
Adaptación del evangelio de Lucas
El sábado iba todo el mundo a la sinagoga y dedicaban todo el día al Señor. Era tan importante que estaba prohibido hacer ninguna otra cosa.
Un sábado estaba Jesús enseñando en la sinagoga y ¡había muchísima gente! Entonces, se fijó en una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu. La mujer andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad". Le impuso las manos y enseguida se puso derecha. Ella estaba feliz, contentísima y no paraba de dar gracias a Dios. Todos los que estaban allí se alegraban también con ella... bueno casi todos.
Algunos enemigos de Jesús, en vez de alegrarse por la mujer, se indignaron porque había curado en sábado, y aprovecharon para criticarle. Uno de ellos empezó a decirle a la gente: "¡Tenéis seis días para trabajar! Venid esos días a que os curen, y no los sábados".
Pero Jesús, dirigiéndose a ellos, dijo: "No seáis egoístas e hipócritas: cualquiera de vosotros le da de comer y beber a sus animales, aunque sea sábado. Y a esta mujer, que es hija de Dios, y que estaba sufriendo, ¿no había que liberarla de su sufrimiento porque era sábado?".
Con estas palabras, sus enemigos quedaron avergonzados, porque quedó claro su egoísmo y su mala intención y todos los demás se alegraban de los milagros que hacía y de cómo trataba a los que más sufrían.
¿Qué te ha hecho pensar esta historia? ¿Crees que sigue habiendo mujeres que sufren y que necesitan que alguien las mire y las ayude como lo hizo Jesús?
Todos somos iguales en dignidad, todos somos hijos de Dios.
Cuidemos unos de otros. Seamos de los que enderezan a los que están doblados, dolidos, tristes, humillados...
SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS,
RUEGA POR NOSOTROS
