La conversión personal, el seguimiento de Jesús, tiene su proceso: es una actitud que lleva toda la vida perfeccionar. Porque es fácil dejarse llevar por la corriente, por las dificultades, por la comodidad... pero Jesús siempre nos llama a esa conversión, no importa cuantas veces nos equivoquemos o alejemos, siempre nos da otra oportunidad.
En este tiempo de cuaresma, tiempo de conversión... pasa por el corazón esta reflexión. ¿Le das una oportunidad a Jesús en tu vida? ¿Eres instrumento de su amor? Pon ante el Padre y Madre Dios esas actitudes que te alejan del proyecto del Reino y que quieres dejar atrás, abraza las llamadas que recibes, ponte en marcha.
Traemos la vida ante el Señor: pedimos, damos gracias...
SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS,
RUEGA POR NOSOTROS
