Hoy rezamos con el pasaje del Evangelio que cuanta cómo reaccionó María cuando se enteró de que su prima Isabel estaba embarazada. Escúchalo atentamente porque nos habla de ayudar incondicionalmente a los demás.
«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a casa de su prima Isabel, pues estaba a punto de dar a luz. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel llena de Espíritu Santo le dijo: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a verme? ¡Feliz porque has creído que se cumplirían las promesas de Dios!» Y dijo María: «Mi alma alaba al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador».
María ya estaba embarazada y se fue a ayudar a su prima que estaba a punto de dar a luz. En cuanto se enteró que su prima necesitaba su ayuda y fue rápidamente a verla. Pensó más en su prima que en ella misma…
María nos da un gran ejemplo a nosotros, que siempre pensamos en que primero que nos tienen que ayudar, y que después, si tenemos tiempo y ganas, igual nos pondremos a ayudar a los demás.
ORACIÓN
Hoy me he dado cuenta de que tú, María, siempre estás
dispuesta a ayudarme cuando necesito tu ayuda.
Pero también he descubierto que frecuentemente se me
olvida agradecerte tu generosidad.
Por eso hoy te quiero dar gracias.
Gracias por las veces en las que te he pedido ayuda y
después se me ha olvidado agradecértelo.
¡¡¡¡Gracias María!!!!
