No me verán_SECUND_Martes 31 Mayo

Me paro un momento para darme cuenta de que empieza un día nuevo, una nueva oportunidad de vivir y ser feliz colaborando en la felicidad de los demás. Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN


Del Evangelio según san Juan (Jn 16, 16-20)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.

En aquella conversación se aprecia que los discípulos no entendían a Jesús... igual que nos pasa a veces a nosotros. Habrá ocasiones en la que su presencia sea clara para tí y otras en las que no lo sea tanto... y lo que en realidad abunde sea la duda. Y a veces, dentro de esa duda, habrá un destello de luz, de claridad, de confianza... Ese es el Espíritu que Jesús promete que vendrá a ayudarnos.

Oración

No siempre te siento a mi lado, Señor

Parece que tu lugar no está ahora aquí, sino en el cielo.

A veces echo de menos verte con más claridad.

No entiendo porque no eres más evidente, más claro, más definitivo para todos.

O por qué dejas tanto espacio para la duda.

Ya sabes, Señor, que en horas difíciles, esto me provoca tristeza.


Pero confío en tu Palabra

es mejor para mí que Tú estés así, ausente y presente.

Serás mi Espíritu defensor.

Luz en mis noches.

Sabiduría en mis caminos.

Compasión en mis entrañas.

Amor en mi mirada.


Y tu Espíritu, cuando lo acojo,

cuando va haciéndose lugar en el mundo,

nos muestra que la fe es el camino para la plenitud.

que la justicia de Dios es más fuerte que la injusticia humana.

que, contra toda apariencia, el Amor vence.


Entonces,

mi corazón canta…

y ama de verdad.


Traemos la vida ante el Señor: pedimos, damos gracias...

SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS, 

RUEGA POR NOSOTROS