Como cada día, al empezar la mañana en el colegio, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN
Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto una batalla
que ocurre en el interior de las personas.
El anciano dijo: «Hijo mío, la batalla se da entre dos lobos que están dentro de todos nosotros”. Uno es malvado. Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.
El otro en cambio es bueno. Es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe. La misma batalla ocurre dentro de ti, y dentro de cada persona también».
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?»
A lo que su abuelo respondió: “Aquel al que tú alimentes.”
Todos vivimos esa lucha en nuestro interior a menudo. Es una lucha cotidiana, natural... pero ¿cómo podemos alimentar al "lobo bueno"? ¿Qué puedo hacer para alimentar el bien en mi interior?
(Podemos compartir ideas...)
Los primeros discípulos lo expresaban así: