Lunes, 18 de febrero



Hacemos silencio y nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 


Infantil y primaria
Empezamos la semana con fuerza, con energía. Esperamos que hayáis descansado el fin de semana, que hayáis dormido bien y hayáis tomado un buen desayuno. Todo esto nos ayuda, pero la gasolina que de verdad nos pone en marcha es siempre el amor. Rezamos escuchando esta canción, y también cantando, si nos la sabemos y nos atrevemos:

Rezamos la siguiente oración:
Señor, ven a nuestros corazones.
Te estamos esperando.
Estamos dispuestos a ponernos en tus manos,
para que transformes nuestra vida,
para que conviertas nuestras tristezas en alegría,
y sepamos compartirla con todos.
Amén

secundaria

Reflexión: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a traer fuego a este mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!” (Lc 12, 49).

Encendamos la semana que empieza. Encendamos este día. Despertemos, pongamos los cinco sentidos. Tenemos, como dice la canción, una revolución pendiente, mi revolución. Y esa revolución se hace hoy:





Gesto para compartir: ¿Algo te ha llamado la atención de la letra? Podemos compartirlo en voz alta en clase. Si tuvieras que elegir ¿qué frase compartirías en redes sociales, para que ilumine nuestra semana?

Hoy la pelea que doy
es quererme más.
Hoy el grito que doy
es silencio.

Hoy te pido perdón
si te lastimé el corazón.
Hoy no quiero lo que me hace mal,
lo oscuro del juego.

Hoy que es tiempo de sanar
las heridas del tiempo;
hoy, que pronto será ayer,
regálate el momento.

Hoy pude ver quién soy,
conocerme más.
Hoy que el veneno
encontró su remedio.

Hoy me doy el perdón
si me lastimé el corazón.
Hoy vale más despertar
que soñar en este juego.

Hoy que es tiempo de sanar
las heridas del tiempo,
hoy que es tiempo de ser luz

Esa es mi revolución:
Llenar de amor mi sangre
Y si reviento
que se esparza en el viento
el amor que llevo dentro.
Esa es mi revolución.


Oración compartida: Señor, enciende en nosotros las ansias de plenitud en nuestras vidas. Ayúdanos a desterrar de nuestro corazón la tibieza y la mediocridad, los reproches, las excusas y la comodidad, que nos hacen vivir a medio gas. Danos el valor necesario para arriesgar la vida, para darnos por entero y vivir lo que somos con la mayor plenitud posible. Rezamos juntos: Padre nuestro…

Santa Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.