Lunes, 8 de abril


Silencio, calma… respiramos. Nos ponemos en presencia de Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se acerca cada vez más la Semana Santa, en la que sabemos que vamos a recordar momentos muy difíciles para Jesús. Todos los podemos imaginar y los revivimos con los pasos en las procesiones. Incluso algunos nos sentimos orgullosos de pertenecer a una cofradía. Pues en estos días no podemos olvidar algo que dijo Jesús a sus discípulos:


«El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mc 8, 34)


Vivir al estilo de Jesús implica no encerrarse en una burbuja de protección y seguridades.

Amar por encima de todo tiene sus riesgos… A eso se refiere Jesús: cargar mi cruz es no poner mis seguridades por encima de las necesidades de los demás, es arriesgarme a sufrir por amor a todos.


Oración

Quisiera, Señor, vestirme de seguridades. 
Me gustaría ponerme un manto que me protegiera de las miradas hostiles y desagradables. 
Quisiera llevar un traje de gala que fuese como una armadura, para no afrontar mis miedos. 
Me encantaría cubrirme con una máscara cada vez que me conviniera…

Pero tú, Señor, despojado, herido, firme frente a todo y frente a todos; cuando hasta tus ropas se las van a jugar a las cartas, me recuerdas que a
veces hay que saber quedar a la intemperie, es decir sin guardarme lo mejor para los demás ni poner excusas para no “mojarme”.

Y yo quisiera, Señor… ser como Tú.

Santa Mª Eugenia de Jesús, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.