Busca la paz y la calma en tu interior. Busca el silencio en el que puedes encontrarte contigo mismo... y si quieres, también con Dios. Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
En uno de los libros del Antiguo Testamento (el Eclesiástico) podemos leer:
«El amigo fiel es refugio seguro; quien lo encuentra, encuentra un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor. Un amigo fiel es remedio de vida: quien respeta al Señor lo consigue y consolida su amistad, porque su amigo será como él»
La Asunción comenzó con una amistad. Mª Eugenia y Teresa Emmanuel fueron las dos religiosas que comenzaron La Asunción. Para ellas, el espíritu de familia y de amistad eran muy importantes. Sin embargo, en su amistad no lo tuvieron nada fácil...
María Eugenia no sintió una simpatía inmediata por Teresa Emmanuel cuando la conoció. Las dos tenían caracteres fuertes pero muy diferentes. Y como todas las amistades sólidas, construyeron la suya con el tiempo. Aprendieron a valorar sus diferencias de carácter como una riqueza por la que merecía mucho la pena esforzarse.
¿Y tú?
¿Te esfuerzas por crear amistades sólidas y verdaderas?
(Dejamos un momento para pensar)
¿Sabes una de las cosas que hacían una por la otra? Rezar.
¿Has rezado tú alguna vez por tus amigos?
¡Hoy vamos a hacerlo!
Traemos la vida ante el Señor:
Hoy vamos a hablarle a Dios de nuestros amigos.
Vamos a dejar un momento de silencio para pensar en ellos.
Le hablamos a Dios internamente, con confianza, de lo que están suponiendo para nosotros, dándole las gracias por ellos. Y también le pedimos también que les de su fuerza y su ayuda en lo que sepamos que necesitan.
(Dejamos un momento de silencio para hablarle a Dios de nuestros amigos)
Compartimos la oración: Invitamos a que el que quiera, de gracias o pida por un amigo en voz alta. (Basta con decir su nombre)
Sta Mª Eugenia de Jesús,
ruega por nosotros.