Nos ponemos cómodos, nos vamos relajando y vamos guardando silencio. Nos ponemos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. AMÉN.
Acabamos de empezar la Cuaresma, tiempo que nos va a servir para prepararnos para acompañar a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección. Algunos consejos para vivirla como Dios quiere. ¿Con cuál te quedas? (Luego lo compartimos)
Conviértete de corazón
y no te preocupes tanto por las apariencias;
Jesús te conoce de sobra, ¡hasta mejor que tú mismo!
Juega, ríe, disfruta del tiempo con los compañeros y los amigos, pero no le tengas miedo a estar en solo y en silencio. ¿Sabes qué?En ese silencio nunca estás solo, ¡Dios siempre está contigo!
Ayuna como a Dios le gusta. ¡Hoy en el recreo, por ejemplo!
No me refiero a que no te tomes el desayuno, sino a que ayunes de palabras hirientes o groseras, de rivalidades, de enfados, de dejar solo a alguien...
Reza con confianza, háblale a Jesús como a tu mejor amigo. Cuéntale cómo estás, de qué te alegras, qué te preocupa... Nadie te entiende como Él lo hace.
Traemos la vida ante el Señor: Compartimos algún pensamiento que nos haya provocado la oración, damos gracias, pedimos ayuda al Señor...
ruega por nosotros.