El corazón abierto_PRIM_Jueves 21 Abril

 Hacemos silencio poco a poco en nosotros mismos, respiramos con profundidad y dejamos que nuestro cuerpo y nuestra mente se vayan llenando de paz. 

Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.


Cuando los discípulos se encuentran con Jesús resucitado Él les dice "Paz a vosotros" y  ¡todos se llenaron de alegría! 
 Sin embargo, a uno de ellos que se llamaba Tomás, que no lo vio ese día... le costó mucho más abrir su corazón y creer que Jesús siguiera entre ellos.  A nosotros puede ocurrirnos igual. Si tenemos el corazón cerrado hay muchas cosas que no podemos ver.
¿Cómo de abierto está tu corazón? 
Los discípulos, cuando supieron que Jesús estaba con ellos, ya no se quedaron escondidos. Tampoco se limitaron a compartirlo solo entre ellos.
"Paz a vosotros", repitió Jesús, "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo"
A nosotros también nos envía... 
¿a qué te envía a ti? ¿Hay algo a lo que te sientas especialmente enviado? Piénsalo despacio... con el corazón.

 Rezamos esta oración y repetimos lo que más nos haya "tocado el corazón"
Ayúdame, Señor, a desterrar del corazón el egoísmo que tantas veces lo envuelve todo y no me deja caminar.
Ayúdame a no fracasar en el intento de estar atento a las necesidades de los demás.
Ayúdame, Señor, a sentir con tu corazón, no quiero vivir más siendo insensible.
Ayúdame a mirar con tus ojos.
Ayúdame a ser mensajero de esperanza,  a gastar mi tiempo en los demás.
Me duele tener las cosas claras en la mente y no tener la valentía de ponerlas en práctica.
Dame fuerza, Señor, para que tu Palabra y mis deseos lleguen a hacerse realidad.

                Santa Mª Eugenia de Jesús, 
                        ruega por nosotros.