Con la fe no te hundes_PRIM_Lunes 23 Mayo

Cada mañana paramos un momento al entrar en el colegio para empezar el día de la mejor forma posible. Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN

Ya hace tiempo de ir a la piscina y a la playa, ¿verdad? ¡Seguro que te encanta jugar en el agua! Y seguro que también te han dicho alguna vez que tengas cuidado... porque el agua es peligrosa. A Pedro le ocurrió algo una vez que le hizo pasar mucho miedo ¡menos mal que estaba allí Jesús para ayudarle! Desde entonces Pedro confiaba mucho más en Él. Sus amigos lo contaban así:

Jesús hacía cosas extraordinarias. Una vez se acercó a los discípulos caminando sobre las aguas. Primero sintieron miedo, pero al ver que era Él cogieron más confianza, sobre todo Pedro:

Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame a ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”. 


Fijaos en este dibujo tan veraniego de Pedro, que confía plenamente en Jesús con sus esquís acuáticos. Con este dibujo podemos entender cómo es la confianza, la fe, lo que hace posible que cuando parece que nos vamos a hundir o las cosas van mal, cojamos impulso y salgamos adelante. 

 

Nos puede ocurrir que tengamos momentos peores, o que nos entre temor. Tengamos la humildad entonces de decir como Pedro: “Señor, sálvame”. Jesús extenderá la mano y nos agarrará. 

¿Cuántas veces hemos notado esa mano de Jesús en nuestra vida? 

Hay algo que nunca falla: con la fe no te hundes. 


Traemos la vida ante el Señor: pedimos, damos gracias...

SANTA Mª EUGENIA DE JESÚS, 

RUEGA POR NOSOTROS